No a la telebasura.

Telebasura

Publicado en Diario La Hora.

Es la iniciativa que busca concienciar a los televidentes sobre los programas que sintonizan, es planteada por un grupo de estudiantes de comunicación social de la ciudad de Guayaquil, que a través del uso de las redes sociales dan una crítica sobre muchos de los programas con más audiencia en el país.

Cualquier campaña que eduque a la gente a demandar programas que aporten al pensamiento crítico, resulta digna de ser aplaudida. Pues el derecho de comunicación, es una garantía que va en doble vía: es el exigir una comunicación de calidad, pero también el de los medios de proporcionar los contenidos sin restricciones. Ahí entra el conflicto tradicional que contrapone a la seguridad contra la libertad, menos libertad reflejaría seguridad sobre la calidad de los contenidos que se emiten y menos seguridad brindaría más libertad a los medios para decidir los contenidos que reproducen. Y se vuelve a plantear la misma interrogante que se dio con la ley de comunicación, ¿es necesario un control a los medios de comunicación?, creería que las leyes civiles y penales que regulan a las personas jurídicas son las necesarias para que exista un ejercicio de expresión que no afecte a la honra o dignidad de las personas, por lo que me iría más por la opción de una ley que regule la actividad y le proporcione un marco jurídico de acción que no signifique una asfixia a la libertad de comunicación o de opinión. No puedo apoyar la censura, porque considero que nadie debería tener el poder para determinar que contenido es correo e incorrecto, pero si creo que es necesario mejorar los contenidos y eso se logra a través del consumo, cuando los ratings bajan los programas son cancelados porque no generan réditos para el canal. Esto se logra a través de la educación y la concientización, mientras más acceso a la educación exista, mejor programación demandará la población y esto obligará a los canales a proporcionarla, la prohibición por el contrario, solo provocará que los televidentes busquen otras plataformas, como la televisión por pago o el internet en donde se encuentran peores desperdicios, que además son cada día de más fácil acceso a las clases populares.

 

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